Chile: cómo no sobrevivir a dos Copas América

Foto: Infobae

En los últimos años, Chile estuvo preparado dos veces para ser campeón del continente. Los que no estaban preparados fueron sus vecinos de Sudamérica. Arrancarle por duplicado el trofeo de las manos a la Argentina de Messi por penales fue un exceso, un botín desproporcionado para una Selección que proviene de un país que es solo una franja en el continente. Mucho premio para ese vecino del que nadie entiende que tenga un cuadro de Pinochet y de Zamorano en la misma pared. Demasiado privilegio. A Chile nadie le perdonó que levantara la rodilla del césped de manera tan abrupta.

Todo empezó con las locuras de Bielsa, el rosarino les programó otra identidad, les implantó un estilo, todo esto no sin esparcir la semilla de la ética por todos los lugares que pasó. Luego Sampaoli llegó en el momento justo para cosechar y tocar la gloria con las manos en la Copa América del 2015. ¡Chile campeón! Después llegó Pizzi y de golpe otra vez a treparse al primer lugar del podio al año siguiente. ¡Bicampeones! Por fin Chile dejaba de ser un pueblito al sur de Estados Unidos... Pero no por mucho tiempo.

Mientras tanto en Sudamérica ya nadie quería a Chile, ni por el pasado ni por el presente. Argentina sigue con la sangre en los dos ojos, el derecho por los penales del 2015 y el izquierdo por lo mismo pero del 2016. Eso más el puñal que todavía tiene en la espalda por la guerra de Malvinas. Uruguay no se puede sacar el dedo de Jara del culo. A Bolivia antes le quitaron el mar y después le quitaron los puntos ganados en la cancha desde un escritorio, a los pobres bolivianos los cagaron desde Inglaterra en el siglo XIX y en el siglo XXI, desde Suiza. Perú sigue embroncado tanto por la Guerra del Pacífico de hace dos siglos como por el 4 a 0 en Santiago de hace 20 años. Brasil no olvida el Condorazo en el Maracaná ni ese tiro al travesaño de Pinilla que osó romperles el arco en su propia casa. La cabeza del hincha es una licuadora donde entran la historia, la política y el fútbol y resultado es un vomitivo que le sale por la boca cada vez que se juega un partido. Con el sentimiento de “todos contra Chile” se desarrolló la última fecha de las Clasificatorias Sudamericanas, las que dejaron a La Roja sin mundial.

La Generación Dorada chilena debió despedirse de la afición y pasar a la inmortalidad con un selfie grupal con el Kremlin de fondo  o bailando Kalinka todos abrazados en medio de la Plaza Roja. Sí, en Rusia, pero no. La foto del final es la Medel camino al vestuario al borde del llanto y la de Jara sorbiendo rehidratante para evitar que una cámara de televisión lo deje expuesto. Brasil 3 – Chile 0. Ese contraataque brasileño del final del partido con el portero Bravo a la carrera detrás de la pelota que nuevamente se metía en su arco ya fue demasiado humillante. Y para colmo Argentina al mundial y Perú al repechaje. Un final de ficción barata hecho realidad.

Hoy Chile es la mufa del continente, canciones y memes despiadados directo al orgullo no solo de los actuales monarcas de América sino también de toda la afición. Chile vuelve a sentar una rodilla en el suelo, sabe que tiene que empezar todo de nuevo y esperar por su revancha, mientras tanto solo le queda ser, como dice su himno, un asilo contra la opresión. 

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