Foto: siempreceleste.com
A orillas del acantilado del Río Rímac se mantiene en pie un estadio de fútbol. Permanece allí desde inicio de la década del sesenta del siglo pasado, y su construcción es tan vieja como obsoleta. Durante mucho tiempo, este estadio bautizado como “San Martin de Porres” pareció tomar la forma de un anciano sentado al borde de un abismo, a la espera de caer o ser devuelto a la vida. Está ubicado en el vértice entre una avenida y el cauce de un río y es imposible ampliar la capacidad de sus tribunas. Da la impresión que desde que fue concebido, este escenario estuvo condenado a envejecer sin crecer. Como un niño viejo. A mediados de los ochenta fue abandonado. Se opacó el cemento de sus graderías y su césped verde, lo único que le daba vida, perdió su color.
Esta cancha con nombre de santo solo podía esperar un milagro para volver a ser útil. Quizás algún equipo chico se animaría a jugar de local allí o tal vez podría albergar algunos partidos no tan importantes. Pero fue el Sporting Cristal, más poderoso que nunca a mediados de los noventa, el club que sacó de las tinieblas a este escenario tan gris como el horizonte de la ciudad de Lima.
Con el “San Martin” remodelado, el 24 de setiembre de 1995, ante poco más de 14,000 espectadores, Cristal goleó 6 a 0 a Cienciano. El reestreno fue a lo grande y al final de ese año, el equipo celeste conseguiría el bicampeonato nacional. En 1996, el tricampeonato y en 1997 llegaría a ser subcampeón de la Copa Libertadores de América. Durante ese tiempo, Sporting Cristal se convirtió en un equipo casi imbatible en esa canchita situada al borde del río.
Sin embargo, en los catorce años siguientes, el equipo del Rímac solo conseguiría dos campeonatos, en 2002 y 2005 (Bodas de Oro del club). De a pocos se fue perdiendo la mística y la identidad. Se cayó tan hondo que a fines del 2007, el equipo peleó por no descender. Fue el peor año en toda la historia del club.
El Estadio Foto: elcristalconquetemiro.com
En 2011, Felipe Cantuarias asumió la presidencia de Sporting Cristal. Inició su gestión con la idea de recuperar el liderazgo institucional y generando apego con la idea central de su proyecto: recuperar la identidad, lo que hoy se conoce como “La Raza Celeste”.
A nivel institucional, Cantuarias incluyó a ex directivos del club para participar en esta etapa: François Mujica, Federico Cúneo, Alfonso Grados, Francisco Lombardi y otros. Todos ellos identificados con Cristal de toda la vida. Se reconoció a una Comisión de Fútbol autónoma y se potenció la cantera para nutrir significativamente al primer equipo. El 2012, con Roberto Mosquera, ex jugador del club ahora como director técnico, se redefinió el estilo de juego: posesión del balón, estética, buen toque y contundencia en ataque. Un estilo y una mística similares a las poseídas por dos equipos históricos: uno de ellos, el que consiguió tres títulos en cinco años (1968, 1970 y 1972) y que tuvo a Alberto “El Jet” Gallardo, máximo ídolo rimense, como gran figura; y el otro, el equipo que logró el único tricampeonato del club (1994, 1995 y 1996). Incluso, para acentuar la identificación con la historia de Sporting Cristal, una de las camisetas alternas del equipo para la temporada 2012 se diseñó inspirada en la camiseta oficial de inicios de la década del setenta. A nivel de menores, formar buenas personas al mismo tiempo que buenos jugadores, enseñar fundamentos del juego junto con valores. A los líderes de la barra se les incluyó en un programa que busca desarrollar su capacidad de liderazgo, su influencia positiva en los demás barristas y su compromiso con la seguridad junto con el destierro de la violencia. El estadio fue rebautizado como “Alberto Gallardo” y se le colocaron nombres propios a sus graderías: Alfredo Quesada a la tribuna Occidente, Julio César Uribe a la tribuna Oriente y Roberto Palacios a la tribuna popular. El primero de ellos, “El Flaco” Quesada, jugó durante toda su carrera en Sporting Cristal, aún cuando recibiera ofertas de otros clubes. Ganó seis títulos. El segundo, Julio César Uribe, “El Diamante”, un mediocampista exquisito, elegante, de gran técnica y que paseó su fútbol por Italia, Colombia, México y el mundial de España ‘82. Ganó cuatro títulos con Cristal. El tercero, Roberto “El Chorri” Palacios, el gran “10” de Sporting Cristal en la década del noventa y el último gran ídolo del cuadro del Rímac. Ganó cuatro títulos con los celestes.
Foto: graderiascelestes.blogspot.com
Foto: clubsportingcristal.pe
Palacios, Quesada y Uribe. De fondo, la tribuna “Julio César Uribe”. Foto: clubsportingcristal.pe
Foto: clubsportingcristal.pe
El 19 de mayo de 2012, ante poco más de 3,000 espectadores, con una goleada de Sporting Cristal 4 a 0 sobre José Gálvez, se estrenó oficialmente el nuevo nombre del estadio: “Alberto Gallardo”. La casa lucía más celeste que nunca y sobre las tribunas se podían ver carteles en los que se leía “La Raza Celeste”. Anuncios que parecían dar una nueva bienvenida a los hinchas, desde los más jóvenes hasta los más viejos. Su presencia cada fin de semana es la que tiñe de celeste las gradas, la que le da razón de ser a la institución y la que le da soporte a ese estadio para poder seguir en pie al borde del abismo de un río. La casa no se cae, el club se levanta.
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